Hace poco recogimos a una preciosa gatita abandonada en un contenedor. ¡Qué suerte que una buena persona se apiadara de ella!, porque estaba a punto de morir, muy delgada y casi deshidratada.
La acogimos en nuestras casas pero estaba tan débil que tuvimos que llevarla al veterinario, donde se tuvo que dejar ingresada.
Afortunadamente un ángel con el nombre de Katoya y un familiar pasaron por la clínica, se enamoraron de la gatita y se la llevaron, ¡así de fácil!
Nuestra preciosa gatita ya está en un hogar feliz y su estado de salud ha mejorado totalmente.
Gracias a todos los amantes de los animales por vuestra ayuda.
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