martes, 18 de agosto de 2015

HISTORIA ENTRAÑABLE

Una voluntaria de Casa Felina ha pasado un fin de semana de miedo. Una máquina de rozar, despejó un terreno que estaba llenos de arbustos y de matorral, con la mala suerte de que una gata acababa de parir cuatro gatitos unas horas antes. La madre asustada del ruido y viendo que su lecho había quedado al descubierto se asustó y estuvo toda la mañana rondando a los peques (que habíamos colocado en una caja de cartón) pero sin atreverse a acercarse.
Por la tarde la madre desistió de los peques y no la volvimos a ver. Nuestra voluntaria y una vecina se turnaron toda la tarde y el día siguiente para vigilar y poner botellas de agua caliente a los peques. 
La situación era dramática, la voluntaria estaba desesperaba por el hambre de los recién nacidos (que no quería tocar con la esperanza de que volviera la madre) y que tampoco podía acoger porque tenía otros peques enfermitos en su casa,
Cuando se empezó a plantear la eutanasia para que los peques no sufrieran ocurrió el milagro, difundió la noticia por medio de internet y se formó una cadena de personas solidarias que inmediatamente encontraron una acogida en Bolonia para los cuatro peques.


LA SOLIDARIDAD HACE MILAGROS


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