Esta perra de raza calificada como peligrosa, es un pedazo de pan.
Cuando sus dueños recogieron de la calle a un gatito recién nacido, la
perrita se hizo cargo personalmente de su limpieza y de su estimulación a
base de masajes con la lengua.
Un caso extraordinario que nos demuestra que los perros agresivos
pueden ser extraordinariamente dulces si en su hogar se le enseña a
ello.
Gracias a los dueños de la perra por este ejemplo tan magnífico.
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