miércoles, 4 de julio de 2012

UN FINAL FELIZ


Érase una vez tres preciosos hermanitos provenientes de una gata callejera. La mami apenas tenía comida para ella y los tuvo que dejar para que se buscaran la vida solitos.

Sin embargo, unos ángeles en forma de personas se apiadaron de los indefensos pequeñitos y les consiguieron comidita y mucho cariño. La gatita negra y al atigradito encontraron su hogar con una estupenda familia amante de los animales. 


El tercer hermanito,  Bruce, deambuló solito por las calles hasta que otro ángel lo acogió.




Ahora Bruce ha sido adoptado por un hermano de los nuevos dueños de sus hermanitos, (je, je, ahora en vez de ser hermanitos van a ser primos).

Los tres gatitos ya tienen buenos hogares y viven rodeados de amor y de atenciones y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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