Hemos estado en casa de Bartolo y Fina y nos hemos llevado la sorpresa de encontrarnos a dos preciosos muchachitos.
Además, nuestra voluntaria, se llevó la grata sorpresa de que los dos hermanitos la reconocieron nada más llegar, colmándola de besos y caricias.
Gracias a Ana María y a su marido por estar dándoles tanta felicidad a los pequeños que una persona sin escrúpulos dejó abandonados de recién nacidos.
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