De la perrera llegó a un hogar de Málaga gracias a nuestra asociación:
Su jaula en la perrera tenía un agujero por donde su compañero de estancia salía y entraba cuando así lo quería, pero a él sus cataratas no le dejaban ver el boquete para escapar y allí se quedaba solo llorando. Deseamos que ahora, pese a su ceguera, pueda reconocer a quien le quiere y le ayuda en su verdadero hogar.
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